lunes, 13 de febrero de 2017





El joven soñador
Había una vez un joven llamado  Rafael Amaranta que era muy amante a  la  vida, era solidario, perseverante para lograr sus metas.
Rafael quería ser un gran escritor, pero tenía que hacer un gran esfuerzo continuo para poder ir  a la escuela, Rafael tenía una frase especial “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Cada vez que tenía que ir a la escuela se levantaba temprano de manera cuidadosa para no despertar a sus pequeños hermanos, aunque  tenía sueño se despertaba y decía ‘querer es poder’, Rafael hacia  un gran esfuerzo porque su escuela quedaba muy lejos y tenía que caminar mucho, él tenía la fe de que si  se esforzaba podía alcanzar sus metas. 


Un día salió de la casa sin probar bocado y para su buena suerte en el camino estaban  ofertando unos bocadillos gratis, Rafael se alegró mucho porque pudo guardar para su familia y exclamó  “ya resolví” un gran problema. Dios es bueno.

Al pasar los años Rafael fue un buen escritor y famoso en una de sus entrevistas exhortó  a los jóvenes “Para que las cosas sucedan debes provocarlas y a provechó  la ocasión para agradecer a una maestra que tenía la cual para él era muy especial. Durante la entrevista le preguntaron ¿Cuáles valores practicaba durante la trayectoria de su vida? le contestó : Fe, esperanza y caridad y vivo mi vida en paz.  

Todos le aplaudieron y le mostraron mucho amor.